Ante el rechazo el pasado martes por el Parlamento británico al acuerdo de salida de Reino Unido de la Unión Europea, y la reciente declaración de la Cámara de los Comunes de no aceptar una nueva votación a no ser que la propuesta conlleve cambios sustanciales, nos acercamos cada vez más a una posible salida sin acuerdo.

Una de las cuestiones planteadas es qué sucederá con las marcas de la Unión Europea y diseños comunitarios que hasta ahora cubren los 28 países miembros, entre ellos Reino Unido.

En vista de la caldeada situación, la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO), ha publicado una guía orientativa para el caso en que finalmente se produzca la temida salida sin acuerdo.

Entre las directrices de la citada guía disponible en su página web, encontramos las siguientes:

• • A partir del día de salida del Reino Unido, la protección de marca de la Unión Europea se limitará a los 27 estados miembros restantes.
  • Los representantes británicos serán automáticamente eliminados de los expedientes de marcas y diseños, así como de la base de datos de la EUIPO.
  • Los titulares con procedimientos pendientes deberán nombrar nuevos representantes con domicilio en algún Estado miembro de la UE o tramitar su solicitud con una filial asentada en alguno de ellos.
  • Los ciudadanos domiciliados en Reino Unido no tendrán derecho a presentar una solicitud internacional a través de la EUIPO como oficina de origen, a no ser que se encuentren domiciliados en un Estado miembro de la UE.
  • A partir del día de salida, cualquier registro internacional que haya designado a la UE, dejará de tener efecto para Reino Unido. Su continuidad como registro internacional dependerá de lo establecido por la Ley nacional británica.
  • Los solicitantes establecidos en Reino Unido ya no podrán acudir a la EUIPO, sino a la Oficina nacional de Reino Unido.

Debe recordarse que estas indicaciones de la EUIPO serían únicamente aplicables para el caso en que se produzca un Brexit sin acuerdo. Por tanto debemos esperar al desarrollo de los acontecimientos, con la esperanza de perjudicar lo menos posible a aquellos que ostentan derechos de propiedad industrial sobre marcas y diseños europeos.